ELABORACIÓN DE CUESTIONARIOS CON RIGOR CIENTÍFICO
Pasar un cuestionario no es en sí mismo una investigación. El cuestionario solamente es un instrumento, una herramienta para recolectar datos con la finalidad de utilizarlos en una investigación. Primero debemos tener claro qué tipo de investigación queremos realizar, para entonces poder determinar si nos puede resultar útil aplicar un cuestionario (Martínez, 2002).
Un cuestionario nos puede ayudar a obtener la información necesaria si nuestra investigación tiene como objetivo conocer la magnitud de un fenómeno social, su relación con otro fenómeno o cómo o por qué ocurre, especialmente en el caso de que sea necesario conocer la opinión de una gran cantidad de personas (Martínez, 2002).
Martínez (2002) señala cinco pasos básicos en la elaboración de un cuestionario:
1. Describir la información que se necesita. Es conveniente determinar con claridad: (a) qué tipo de información necesitamos y (b)
de qué personas queremos su opinión. Esto debe permitir tomar decisiones sobre qué preguntas son necesarias y cuáles no, y sobre el estilo de redacción de las preguntas. Por ejemplo, no se puede utilizar el mismo lenguaje en un cuestionario dirigido a niños, que en uno dirigido a jóvenes, adultos o gente mayor (Martínez, 2002). Se recomienda que una vez especificado el tema y la población de la que se quiere
obtener información, se defina una finalidad (para qué se necesita esa información) y unas áreas de contenido más específicas (Martínez, 2002).
2. Redactar las preguntas y escoger el tipo de preguntas. Es conveniente incluir preguntas de tipo socio-demográfico, determinar el tipo de preguntas (abiertas o cerradas) , redactar las preguntas (es recomendable tomar en cuenta las siguientes sugerencias con el fin de redactar las
preguntas adecuadamente (Blaxter, Hughes y Tight, 2000; Hernández et al, 2003; León y Montero, 2003; Martínez, 2002), ya que se ha comprobado que pequeños cambios en la redacción de las preguntas pueden generar grandes diferencias en las respuestas). Las preguntas deben ser claras, sencillas, comprensibles y concretas. Se deben evitar las preguntas ambiguas, imprecisas, confusas o que supongan un
conocimiento especializado por parte del participante. Colocar al inicio del cuestionario preguntas neutrales o fáciles de contestar para
que el encuestado vaya adentrándose en la situación. No se recomienda comenzarcon preguntas difíciles o muy directas. Cuidar el lenguaje, evitar la jerga especializada. Las preguntas deben redactarse pensando en las personas de la muestra con la menor capacidad de comprensión, siéstas las entienden, el resto de la muestra las entenderá también. En cuanto a la cantidad de preguntas, y a modo de orientación, Martínez (2002) recomienda que no haya más de 30 preguntas, y que su cumplimentación no tome más de media hora.
3. Redactar un texto introductorio y las instrucciones. Con el fin de motivar a los encuestados, los cuestionarios deben iniciarse con un breve
texto que explique el objetivo o propósito del estudio, que haga alusión a lo inestimable de su colaboración y que les agradezca por haberse tomado el tiempo de responder el cuestionario, y que además, aluda a la relevancia del tema de la investigación (León y Montero, 2003; Martínez, 2002, Salkind, 1999).
4. Diseñar el aspecto formal del cuestionario. Además de aplicar el sentido común y los criterios habituales de una correcta presentación, es recomendable seguir las siguientes sugerencias (Blaxter et al, 2000; León y Montero, 2003; Martínez, 2002; Salkind, 1999): las preguntas y el cuestionario deben presentarse en un formato atractivo, profesional y fácil de entender. Todas las preguntas y páginas deben estar numeradas claramente. Es muy importante que una misma pregunta no quede dividida entre dos páginas. Los cuestionarios deben presentarse mecanografiados o impresos, de una manera clara y atractiva y usando una tipografía que sea legible. Las preguntas deben estar ordenadas, de las fáciles a las difíciles y de lo general a lo específico. Esto ayuda a que el cuestionario sea y parezca fácil. Se deben dar ejemplos si es necesario. Es mejor que las respuestas se señalen siempre de la misma forma a lo largo de todo el cuestionario: con una cruz, trazando un círculo en torno de la respuesta que el entrevistado juzga correcta o bien escribiendo en el espacio corencuestado.